lunes, 7 de marzo de 2011

LA DIVISIÓN AZUL: Capítulo I

Vladimir baldseski


El cuerpo que pende de la soga es el de un hombre vestido de paisano. A pesar de que el último gesto de agonía se le ha quedado grabado en el rostro, se puede ver bien que se trata de un joven. El cartel que le han prendido en el pecho está escrito en alemán y en ruso y en él se explica que se trata de Vladimir Baldseski, que era judío y tenía veinticuatro años. También está narrado de forma sucinta el crimen por el que fue sentenciado a la horca: apuñaló a un soldado alemán.

La información tiene un carácter desigual. La gravedad del delito pretende explicar la severidad del castigo. Pero ¿añade algo la condición de judío del ejecutado? Los soldados voluntarios españoles van aprendiendo que sí. Según transcurre el tiempo que gastan en acercarse al momento triunfal de la entrada en Moscú, los ejemplos se van acumulando. La cuestión de los judíos es muy relevante para los alemanes a los que han venido a ayudar.

Baldseski no es un caso único. Los expedicionarios españoles que han llegado a Vítebsk después de una nueva jornada de ocho horas de marcha a pie que comenzó a las siete menos cuarto de la mañana, han visto, y van a ver muchos más, otros cuerpos desmadejados que los verdugos dejan a la intemperie para que su visión sirva de escarmiento a quienes puedan sentir la tentación de unirse a las fuerzas partisanas que, según la propaganda nazi, se reúnen en los bosques para hostigar a las tropas del Heer,el ejército de tierra alemán.

En esta ocasión, como en casi todas, se ha escogido un lugar de paso frecuente, la plaza de la ciudad, para que la exhibición tenga mayor eficacia propagandística. Baldseski, lo que queda de él, se balancea con los miembros extendidos en reposo, y una postura del cuello casi inverosímil, con la cabeza ligeramente inclinada hacia delante. La boca y los ojos están abiertos, y sus pantalones manchados, porque la muerte afloja los esfínteres.

El soldado Jesús Martínez apunta en su diario las circunstancias, las pocas circunstancias, que el cartelón enuncia, y con ello le da una cierta proyección de futuro al acto de rebeldía del chaval ejecutado, que tiene una edad parecida a la suya. Los expedicionarios han visto durante la jornada de marcha los restos de una gran batalla. Muchos esqueletos de carros de combate rodeados de trincheras individuales destinadas a proteger a quienes eran los encargados de abastecerlos. Chatarra bélica por todas partes. Y los bosques mutilados por la metralla.

La ciudad les ha recibido mostrando las huellas de una devastación hasta ahora desconocida para sus ojos, que ya estaban entrenados en el oficio de ver ruinas por su experiencia de la guerra de España. Puede ser que los edificios destruidos lleguen al 95 %. En la estación de ferrocarril hay varios trenes también destruidos. Todo en Vítebsk son amasijos de hierro y escombro. Por las calles, deambulan personajes fantasmales que se dirigen a algún destino seguramente tan incierto como el punto de partida. Es la estampa humana que se repite desde que han llegado a Rusia.

Hombres con gorrillas de corta visera y mujeres con un pañuelo en la cabeza. Colores desvaídos de la ropa, movimientos trabajosos, ojos humillados.

Por supuesto, hay muy poca gente en la calle. ¿Dónde están los habitantes de Vítebsk? Hasta hace poco, hasta primeros de julio, cuando los alemanes consiguieron conquistarla, la capital de Bielorrusia tenía una población de más de trescientos mil habitantes, de los cuales cincuenta mil eran judíos. Los soviéticos evacuaron a muchos; otros, se quedaron por los alrededores, camuflados en los bosques, intentando sobrevivir, sin estar preparados para unirse a las organizaciones partisanas, que aún no existen aunque la propaganda alemana dice que sí. Hay muchos miles que no se han podido marchar. Son de Vítebsk, pero también los hay de Polonia, de donde huyeron ante el avance nazi. Su marcha se ha parado en la ciudad. Las autoridades soviéticas les dieron la oportunidad de adoptar la nacionalidad en 1939, pero muchos no quisieron. Una buena cantidad de judíos polacos pidieron volver a Polonia, y les hicieron apuntarse a una lista. En lugar de acceder a sus peticiones, han sido deportados a Kazajstán.

Ninguno sabe que eso les ha salvado la vida, por mucho que les hayan metido en un infierno. Parece una mala broma. Los que quedan están recluidos en una pequeña porción de terreno amueblado por las ruinas de las que fueron casas de alguien. Algunos salen del encierro para trabajar en brigadas forzosas, y a cambio reciben una ración de trescientos gramos de pan. Los demás no reciben nada, no comen.

De cuando en cuando, algunos de los que se hacinan entre los escombros del recinto, un barrio de las afueras muy cerca de la estación de ferrocarril, intentan escaparse. Por la ciudad se escuchan disparos cada poco, que ya no sobresaltan a nadie. Fuera del gueto, los soldados alemanes pueden matar a todos los judíos que es venga en gana. Cada soldado alemán puede hacerlo.

Es 28 de septiembre de 1941. Setenta años después, y en fecha parecida, no hay ahorcados en la plaza. Es otoño ya, pero todavía se pueden capturar algunos rayos de sol en Vítebsk, una ciudad de tamaño medio, provinciana, que forma parte de Bielorrusia.

Hay algunas cosas destacables en su paisaje urbano, como la iglesia católica de Santa Bárbara, o la modesta casa donde nació el pintor Marc Chagall.

La ciudad tiene ese aire confuso de lo que ha sido reconstruido, donde lo que se proclama centenario reluce como nuevo. Es una urbe que ha crecido en los últimos años imitándose a sí misma.

Hace setenta años varios miles de españoles pudieron ver, intactas, las ruinas sobre las que se yergue ahora Vítebsk. Se dirigían a Moscú para desfilar victoriosos ante el Kremlin, pero en Vítebsk recibieron la orden que les desvió de esa ruta. Acabaron a las puertas de Leningrado, antes y ahora llamada San Petersburgo, y colaboraron en el sitio de la gran capital de la Revolución de 1917, que Hitler quería rendir por hambre y hacer desaparecer de la faz de la Tierra. Mataron a muchos soldados soviéticos, murieron muchos de ellos en el empeño y asistieron, como invitados de segunda clase, como cómplices unas veces activos y otras pasivos, a unade las mayores canalladas de la historia universal.

Esos miles de españoles vieron las ruinas de Vítebsk, destruida durante los combates entre el ejército alemán y el soviético.

Y vieron el cuerpo de un ahorcado, un judío de veinticuatro años llamado Vladimir Baldseski, que colgaba enla plaza principal con un cartelón fijado en el pecho, escrito en ruso y alemán, en el que se especificaban su nombre, su raza y el delito que le había conducido al cadalso: había apuñalado a un soldado alemán. Muchos mostraron su espanto ante la imagen, que no era otra cosa sino la plasmación de su tarea. ¿No decía la llamada que provocó su alistamiento que iban a luchar contra el judaísmo, la masonería y el comunismo? ¿No decía que iban a exterminar Rusia?

Baldseski formaba parte de eso. Y los disparos ocasionales que escuchaban a cualquier hora del día, también.

Hace setenta años había en Vítebsk cincuenta mil judíos vivos. Hoy de ellos no queda nada, porque ninguno, absolutamente ninguno, sobrevivió a la invasión nazi. Los habitantes de Vítebsk no les recuerdan. Tienen otras cosas en las que pensar. Tampoco muestran más sensibilidad sobre el país las naciones democráticas de todo el mundo, las que respiraron con alivio cuando se acabó la amenaza del nazismo. Los alemanes mataron o desplazaron por la fuerza a más de la mitad de su población entre 1941 y 1944. Fue el país en el que se produjo la mayor carnicería durante la Guerra Mundial.

Tampoco hablaron, apenas, de ellos los voluntarios españoles que iban a desfilar por las calles de Moscú y cantaban para animar su larga y penosa marcha una cancioncilla de letra intencionadamente jocosa:
Voluntario alegre, que a Rusia te vas, con rancho de hierro para caminar...

20 comentarios:

Anónimo dijo...

Para quien sabe leer, dice solo que el ha asesinado un soldado aleman...

La División Azul dijo...

No entiendo qué quieres decir...quien ha matado un soldado aleman?

frankxaver dijo...

Sinceramente, en este articulo, que parece un fragmento de su libro, se especifica mas un punto de vista subjetivo, juicios de valor y opiniones, mas que una serie de hechos historicos.
Y parece que enfocado desde el punto de vista judio. Cuando los divisionarios respetaron como caballeros tanto a judios como a rusos civiles como prisioneros.

Es una pena masgastar un libro de este tipo, no se muy bien si para desprestigiar a la División Azul o para intentar borrarla de la memoria. Pero creo que este libro esta tratado desde un punto de vista totalmente parcial en contra de la División Azul y de la Wehrmacht.

gonzalo dijo...

sobre temas dificiles como este, me parece sensato que quien investiga durante años se permita la licencia de opinar. Al menos, le respaldan años de investigación, y no sólo una opinión fundada en una ideología. En cualquier caso, mi opinión, es que fuera como fuere, el que España se sumara al frente ruso al lado del régimen de hitler es en sí mismo un acto repudiable. Nos juntamos con los malos de la película, qué se le va a hacer. Creo que la historia puso al régimen alemán en su sitio, y a Franco también. Si alguien tiene nostalgia de tiempos pasados... pues nada que se entretenga leyendo libros que cuenten lo que quiere oir. Y mientras, que los demás investiguen y den su opinión de lo que han estudiado, leído, escuchado y analizado... en todo caso me parece enriquecedor.
Gracias.

La División Azul dijo...

frankxaver, no lo parece, es el primer capítulo del libro!

Asier dijo...

Sí señor, Gonzalo, yo pienso como tú. No digo que este libro tenga que ser tomado como doctrina pero me extrañaría mucho que lo que en él aparece sea falso porque supongo que detrás hay una larga y concienzuda investigación.

Anónimo dijo...

Yo estoy de acuerdo. He leido más cosas del autor y, desde luego, no es una persona que destaque por estar desinformado sino todo lo contrario.

Anónimo dijo...

Evidentemente lo que creo que quiere decir el primer Anónimo y puede constatar cualquiera que tenga las más primordiales nociones de lengua alemana, es que pone : Vladimir W, acuchillo el dia tal a un soldado alemán. No se donde ve Vd. que especifique que fuera judío.

Una más de las burdas manipulaciones presentes, por lo que parece, en su obra.

Jorge M Reverte dijo...

Para quien dude de lo que está narrado, basta leer el libro. De Baldseski no hay foto, pero hay testiminio de su ahorcamiento. Y hay muchos testimonios que dan cuenta de los miles de ahorcados que fueron encontrando a su paso los divisionarios. De la forma en que la Wehrmacht trataba a los judíos hay mucha documentación, alemana además. Dudar de la veracidad de algo, de la documentación en que se basa, sin haberlo leído no es la mejor forma de discutir.

cerve dijo...

Asumimos pues que la foto con la que presenta el artículo no pertenece al suceso narrado en el mismo aunque es usada para "ambientarnos"; a pesar de la curiosa, por cierto, similitud en el nombre y lugar, fecha parece ser que no pues nos habla de 1941 y esta es del 42.

Claro que hay pruebas del maltrato de los judíos por la Wehrmacht o quizá mejor dicho por los Einsatzgruppen, de lo que no hay tantas pruebas es de lo que dice Vd. de los "¡miles!" (sic.) de casos vistos por los divisionarios españoles y de los que llegarían a participar -al no difundirlos-. Ahí es donde entran sus teorías, dramatizaciones y pruebas más que dudosas. Por otra parte la filiación a las fuentes testimoniales debe ser vista en conjunto con otras fuentes, la sola "memoria" no es cuerpo de Ley en Historia por mucho que esté de moda en nuestros tiempos. Si Vd. puede siglar "miles" de casos semejantes a esta mera anécdota que propone, desde luego que sería interesante, pero permítame dudarlo.

Y documentación sobre este tema hay mucha, y desde luego mucho mejor calidad que la que ofrece su obra, a todas luces por los resúmenes que nos va presentando. Alejándose del criterio historiográfico para entrar en juicios de valor más bien pertenecientes a la novela o literatura.

Disculpe si le molestan las criticas, siempre puede moderar los comentarios, y es precísamente de alabar el que no lo haya hecho.

Saludos.

Jorge M Reverte dijo...

Cerve:
no es maltrato lo que hubo, sino exterminio. Y no fueron solo los einsatzgruppen, sino la propia Wehrmacht.
Yo no llamo criminales a los voluntarios. Pero juraron fidelidad hasta la muerte al Führer, en una unidad alemana, y participaron como tal en una guerra criminal.
Mi libro está bien documentado. No lo juzgue por un artículo, donde no se puede aportar todo el aparato crítico.
Un saludo
Jorge M. Reverte

cerve dijo...

Por maltrato el exterminio (o variantes de maltrato: tortura, persecución etc) lo daba por sobreentendido, no era intención de minusvalorar, no me confunda con negacionista que no van por ahí los tiros. Se trata de historiografía y el tratamiento literario en su obra.

La Wehrmacht participó puntalmente y creo que (en el muy concreto marco y casos que nos ocupan) lo hizo con forma de lucha contra la guerrilla y partisanos, que es evidente que existía y era un peligro más o menos grave.

Por su razonamiento podríamos llegar a considerar al propio Ernst Rommel un siervo de criminales en una guerra criminal, algo que ni el mismísimo Montgomery se atrevió a pensar si quiera.

En cuanto al juramento de fidelidad hasta la muerte al Führer de nuevo exhibe una verdad a medias que es peor que una gran mentira: pues fue olvida conscientemente el señalar que fue la única unidad a la que se permitió un "pero" a ese juramento: el sólo participar de él y en exclusiva en cuanto a la lucha mantenida por el Eje contra el Comunismo (bolchevismo o marxismo, como quiera llamarle); que fue lo que realmente iban a combatir no la majadería del judaísmo que quiere malmeter en base a anécdotas y casos puntuales de propaganda, naturalmente influenciada por la órbita del Eje pero que no tenía el calado e importancia suficiente para dramatizarla como Vd. hace. No se trataba de antisemitismo, quizá no venga a cuento pero igualmente amparado en el franquismo (que dejó hacer y su embajador participó de hecho) en cierta embajada en Hungría se salvó a más judíos que el tal Schindler.

En cuanto al libro, lo estoy leyendo, y continúa firmemente en la tónica de sus reseñas. Por sólo ejemplo, hace una apología de la República de Weimar como evidentemente opuesta al nacionalsocialismo pero que sería recuperada por la Democracia moderna, falsaria e incompleta argumentación por cuánto en Alemania no se tiene el apego que tenemos en nuestro país a la II República y es vista como lo que es: un régimen fallido que al igual que el nuestro condujo a un cataclismo. Se olvida Vd. a la hora de citar sus bondades el hablar de la inflación galopante (maletines llenos de billetes para comprar un pan), veteranos de la gran Guerra en la indigencia por las calles, grandes masas de paros, zonas del país ocupadas por potencias extranjeras, enormes pagos de deudas de guerra... un panorama poco utópico y que posibilitó el totalitarismo. En resúmen no todos los exsoldados pensaban como Grosz al respecto de la guerra y la sociedad alemana (antibelicismo y crítica satírica de su sociedad), si no que los que pensaban como él eran realmente una minoría.

Juicios de valor innecesarios y lo que es peor, incompletos: medias verdades.

Saludos.

jorge m. reverte dijo...

Lo que Cerve llama majaderías del antijudaismo está en todos los titulares de prensa de la época (desde ABC hasta Arriba), y en los discursos. Si repasa la Hoja de Campaña, lo encontrará.
Claro que la República de Weimar fue un desastre. Pero, por comparación con la etapa nazi...
La Wehrmacht colaboró con las matanzas en el Este. Lea, lea, que las fuentes están citadas. No hace falta que me crea a mí. Para eso están los historiadores alemanes.
Saludos

cerve dijo...

De nuevo exageraciones y dramatismo, verdaderamente se hace un flaco favor a su profesionalidad como historiador respondiendo de esta manera, "todos los titulares"...

Pienso -y así lo exije el método historiográfico- que no debe sólo encasillarse en "todos" (más bien unos pocos) los titulares de prensa o articulos de revistas militares bajo la órbita del Eje para entender el significado histórico o "misión" en su determinado marco contemporáneo de la División Azul. Hay otras fuentes de las que proveerse y comparar esos alarmantes titulares de órden nacionalsocialista con la verdadera realidad social, o la complicada situación internacional del franquismo, presiones de grupos germanófilos y del propio Eje, etc. Cualquiera que los leyese podría llegar a pensar que el NSDAP era el partido dirigente de España, ...pero sabemos por otros indicios que no.

La República de Weimar no es indistingible totalmente del III Reich pues esa nada menos que su partera, y hasta al menos la muerte de Hindeburg república vigente de forma casi completa ocupando su cancillería el NSDAP tras lograr victorias electorales en esa República. Por otra parte hasta 1938 podríamos considerar con una cierta tolerancia lo ocurrido dentro de su totalitarismo en ciernes, no a partir de ahí, desde luego. Pero siendo justos fue una está última época de bonanza, mayor que la que Vd. propone al menos en el aspecto económico, que no el cultural, ciertamente. Hay que ver todos los escenarios, señor mío, para así ser justos.

Sobre la Wehrmacht, no hace falta leerse a historiadores alemanes que no han de ser más veraces por el mero hecho de serlo; sin ir muy lejos el norteamericano Richard Rhodes tiene obras bastante clarificadoras al respecto. Si ve más arriba no le negué que participasen, le dije que participaron de forma puntual y en régimen de lucha contra los partisanos en la época y momento de que estamos hablando (1941 más bien, ciñámonos a las fechas y contexto, por favor).

Con todo, ¿participó realmente la División Azul que nos ocupa, en acciones genocidas o represivas sobre población eslava, judía o civil, de alguna clase?, ¿al igual que lo hiciera el Afrika Korps de Rommel?. No me salga con lo del cerco de Leningrado, por que traería tanta cola que quizá debieramos hablar de Dresden. En este caso al menos era un asedio militar, ominoso pero la ciudad no quiso capitular en ningún momento por mas que según la historiografía marxista se viene diciendo que al Eje le interesaba prolongar su asedio, no sabemos hasta que punto -es bien posible-, pero desde luego la URSS igualmente no pensaba rendir la plaza ni aunque pereciese toda su población civil desabastecida, a la que no pensaba en evacuar préstamente.

¿Presenciaron, como nos dice, los divisionaros franquistas "miles" de ejecuciones y actos sumarios de puro órden genocida, sólo en su marcha desde Grafenwöhr al frente?. ¿Ocultaron esto conscientemente, comprendiendo la gravedad del Holocausto, participaron de alguna manera pues de ello?. Es Vd. el primer "historiador" en considerar que SI rotundamente, y por ello, si me disculpa, su revisionismo resulta tan alarmante y gratuito como el de David Irving, señor mío. Este señor nos dice medias verdades, exactamente como Vd, como estamos viendo, lo relativo al juramento de fidelidad es especialmente llamativo.

Saludos.

Anónimo dijo...

Cerve:
¿Le parece poco lo de jurar fidelidad a Hitler? ¿Qué tiene que ver el repugnante bombardeo de Dresde con el sitio de Leningrado? Los españoles no participaron en ese bombardeo.
Es usted cansino.

Anónimo dijo...

Bueno, primero creo que, bien sea mediante la ficción, bien sea mediante la historia es hora de que en España se hable de la División Azul, en un sentido o en otro. Fueron los grandes olvidados, tanto los vivos como los muertos. Incluso los cementerior españoles han estado abandonados hasta hace muy poquito. No creo que en el ánimo de ningún divisionario estuviera el genocidio, aunque seguro que habría criminales entre ellos, como habría santos.., es conocido que los alemanes se quejaban de la forma piadosa que los españoles trataban a sus prisioneros. Yo he oido contar de primera mano a un voluntario como tenía peleas por que los alemanes no consentían que los españoles alimentasen a los niños rusos. Los motivos que impulsaron a los divisionarios a embarcarse en esta aventura que mató a muchos y marcó para siempre a todos nunca los he entendido (quizás por que no viví la época) y cuando he preguntado en principio simplemente se han encogido de hombros y a la pregunta ¿volverías a ir ahora? la respuesta ha sido siempre NO.

Anónimo dijo...

Es escalofriante ver los engendros de nuestra triste historia, historia de impunidad, ya que enviar un ejército de cincuenta mil hombres -según el comentarista anónimo para alimentar a ninos rusos- o según al bien informado apologista a esperar que Leningrado se rindiese, y culpables fueron los leningradenses del millón largo de muertos por no rendirse.

Es estrafalario y vomitivo simplemente, que en este país los aliados del nazismo por carambolas de la geopolítica no hayan pagado por sus crímenes, no solo eso, siguen reclamando la razón de su parte y aleccionándonos -siempre con recovecos y falacias- sobre lo justo de su causa.

Abran los ojos y dense cuenta, están para siempre en el basurero de la historia, no perdieron el pesebre, pero perdieron el alma en la que tanto creen y nos niegan a todos los demás. Ah si, en Pankovka están enterrados los muertos españoles que fueron a invadir un país, en un cementerio que no en fosas, mientras en el nuestro las cunetas siguen llenas de cadáveres de hermanos. Eso nada más muestra la catadura moral de unos y otros.

Unknown dijo...

En el cartel no pone nada de que sea judío. De hecho ni siquiera se menciona el apuñalamiento sino el asesinato de un soldado alemán. Es penoso usar el desconocimiento del público para traducir como le da la gana y así manipular al lector. Penoso y muy típico de la izquierda

Unknown dijo...

En el cartel no pone nada de que sea judío. De hecho ni siquiera se menciona el apuñalamiento sino el asesinato de un soldado alemán. Es penoso usar el desconocimiento del público para traducir como le da la gana y así manipular al lector. Penoso y muy típico de la izquierda

Anónimo dijo...

Los rojos dejaron también cunetas, pozos, zanjas, tapias, prados etc llenos de muertos civiles e inocentes. Mi abuelo entre ellos. Ustedes si que están y siempre han estado, en las cloacas de la historia. Ratas asesinas. El comunismo con más de 10p millones a sus espaldas. Falsarios y manipuladores

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